Javiera Coña, la joven de 29 años que estuvo seis días desaparecida en el Valle de Cochamó, en la Región de Los Lagos, habló por primera vez sobre la dramática experiencia que vivió tras perderse durante una excursión de trekking junto a una amiga.
En conversación con 24 Horas, Javiera contó que su viaje comenzó como una aventura planificada: “Vinimos a hacer los senderos. Mi amiga lo había hecho antes y quiso repetirlo, y yo le dije ‘dale, vamos’”.
Sin embargo, el panorama cambió cuando decidieron separarse pasadas las 18:30 horas. “Ella iba más rápido porque estaba acostumbrada a caminar con mochilas. Yo me fui quedando atrás, estaba cansada, me dolían los hombros y con la lluvia era peor”, relató. Al poco tiempo, el sendero desapareció ante sus ojos. “Seguí caminando y ya no había un camino marcado”.
“Entré en desesperación… pero solo por cinco minutos”
Cuando la noche cayó, Javiera debió tomar una decisión clave: “Eran las 8 de la noche y dije: tengo que buscar dónde pasar la noche”. Desde entonces, comenzó una rutina diaria para sobrevivir: despertaba a las 7:00 AM y caminaba durante horas, con la esperanza de encontrar señales humanas.
La joven grabó videos con su celular, en los que documentó su incertidumbre: “No sé a dónde ir porque mi mapa no se actualiza. Camino, camino y camino, pero siento que no llego a ningún lugar marcado”.
Lucha por sobrevivir
Consciente del paso del tiempo, dividió su comida y su agua luego del segundo día, estirando al máximo sus recursos. Pero el desgaste físico fue innegable: “El sábado, que fue mi último día en el bosque, me dormí pensando que no iba a despertar. Estaba tan mojada que no paraba de tiritar. Tenía las manos blancas, los pies blancos. Dije: ‘no voy a sobrevivir’”.
El equipo que le salvó la vida
Pese a todo, atribuye su supervivencia a la preparación con la que contaba: “La colchoneta, mi saco de dormir, las primeras capas y mi ropa de cambio hicieron la diferencia. Si no hubiera tenido ese equipamiento, no habría sobrevivido tantos días”.
Javiera fue encontrada con vida el 9 de marzo, gracias al esfuerzo conjunto de familiares y equipos de rescate, que la localizaron en medio del espeso bosque de Cochamó, una zona de difícil acceso y condiciones extremas.