En un nuevo capítulo de “Salmón en la Patagonia” de Patagonia Radio, el ingeniero civil químico Alex Vamonde, gerente de Negocios de Resiter, explicó cómo la compañía está implementando en la Región de Los Lagos y la Patagonia un modelo de economía circular que busca reducir al mínimo los residuos enviados a rellenos sanitarios en la industria del salmón, detallando qué tipo de residuos se generan, cómo se valorizan, cuáles son los beneficios ambientales y competitivos para las empresas y por qué este enfoque se proyecta como un estándar para otros sectores productivos del país y Latinoamérica.
De la basura domiciliaria a la economía circular industrial
Resiter es una compañía con cerca de 40 años de trayectoria, que nació como una empresa dedicada a la gestión de residuos domiciliarios y luego migró a la gestión de residuos industriales.
Hoy la firma se divide en Resiter S.A., enfocada en la gran minería, y Resiter Industrial, que atiende a todas las industrias no mineras, incluida la salmonicultura.
La zona a cargo de Alex Vamonde abarca desde la Región de La Araucanía hasta Magallanes, unos 2.500 kilómetros de extensión, lo que obliga a la empresa a desarrollar soluciones adaptadas a realidades productivas muy diversas, pero con un hilo conductor común: reducir al máximo la eliminación de residuos y aumentar su valorización.
Hace aproximadamente una década, la compañía decidió dejar atrás la lógica lineal de “usar y botar” para convertirse en un actor clave dentro de la economía circular, incorporando centros de acondicionamiento y valorización que permiten dar una segunda vida a materiales que antes terminaban en rellenos sanitarios.
Centros de valorización en Los Lagos: Chiloé y Puerto Montt
En la Región de Los Lagos, Resiter opera dos centros de valorización:
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Uno en Chiloé
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Otro en Puerto Montt, donde además funciona Greenspot, un centro especializado en el procesamiento de plásticos.
Estos centros reciben residuos previamente acondicionados —es decir, triturados, prensados o empacados— para luego transformarlos en materias primas reutilizables.
Ejemplos concretos: de las boyas al pellet y la “madera plástica”
Vamonde explicó que en la industria del salmón existen dos grandes mundos de residuos plásticos:
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Plásticos rígidos:
Boyas, flotadores, tuberías de alimentación y estructuras asociadas a centros de cultivo que, tras un proceso de triturado y picado, se convierten en pellets.
Estos pellets se mezclan con un porcentaje de material virgen y se utilizan para producir nuevos insumos para la misma industria u otros sectores productivos del país. -
Plásticos flexibles:
Lonas, film y otros embalajes que, una vez triturados, pueden transformarse en materia prima para fabricar bolsas de basura u otros productos.
En muchos casos, parte de este material reciclado se convierte en “madera plástica”, utilizada para fabricar bancas, mesas, sillas y corrales, altamente resistentes al clima del sur de Chile.
De este modo, residuos que antes eran un problema se transforman en soluciones duraderas para espacios públicos, colegios y otras instalaciones comunitarias.
¿Cuáles son los principales residuos de la industria del salmón?
Durante la conversación, Vamonde detalló que la salmonicultura genera una gran cantidad y diversidad de residuos, tanto orgánicos como inorgánicos.
Entre los más relevantes mencionó:
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Subproductos del proceso del salmón
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Vísceras, cabezas, colas y restos orgánicos, que hoy en gran medida ya se reutilizan en distintas cadenas de valor.
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Lodos
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Asociados a plantas de tratamiento de riles y a procesos productivos, que pueden ser valorizados a través de plantas de compostaje.
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Resiter proyecta la apertura de una planta de compostaje en la Región de Los Lagos para procesar este tipo de material, conocido técnicamente como biosólidos.
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Embalajes y materiales auxiliares
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Cartones, metales, maderas y plásticos presentes en el proceso y en las distintas unidades productivas, tanto en tierra como en mar.
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Equipamiento flotante
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Boyas, flotadores, tuberías y estructuras plásticas, que se convierten en insumos clave para el modelo de economía circular gracias a su alta capacidad de reciclaje.
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El gran desafío para Resiter es buscar una solución específica para cada tipo de residuo, considerando sus características, volumen y destino final, con el objetivo de maximizar su valorización.
Camino al “cero residuos a relleno sanitario”
Uno de los conceptos centrales del modelo de Resiter es el de “cero residuos a relleno sanitario”, que no se entiende como una meta inmediata, sino como un camino de mejora continua que exige compromiso desde el gobierno corporativo de las empresas salmonicultoras.
Paso a paso: diagnóstico, caracterización y valorización
Según explicó Vamonde, el proceso parte con un diagnóstico:
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Caracterización de residuos
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Identificar qué tipos de residuos se generan.
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Medir cuánto se produce de cada uno.
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Búsqueda de soluciones
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Definir alternativas de valorización para cada flujo de residuo: reciclaje, compostaje, coprocesos, etc.
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Implementación y seguimiento
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Acompañar a la empresa en la implementación de estos modelos y en la medición de su impacto.
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Cuando una compañía logra revalorizar más del 90% de sus residuos, puede decir que está en ruta clara hacia el “cero residuos a relleno sanitario”, reduciendo al mínimo la fracción que inevitablemente debe ser eliminada.
Tecnología, trazabilidad y plataforma de economía circular
Para asegurar que este modelo funcione, la trazabilidad es clave.
Resiter cuenta con una Plataforma de Economía Circular, donde se registra:
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Cada movimiento de residuos desde la planta del cliente.
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A qué sitios de disposición o valorización se envían.
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Qué cantidades se gestionan.
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Cuál es el destino final de cada flujo.
Al finalizar un periodo, como por ejemplo un mes, el cliente puede visualizar en línea:
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Qué residuos generó.
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Cuánto se valorizó.
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Qué porcentaje llegó a relleno sanitario.
Esta información no solo permite tomar mejores decisiones ambientales, sino también respaldar procesos de certificación y auditorías.
Beneficios ambientales y competitivos para las salmoneras
Vamonde enfatizó que el principal beneficio de este tipo de gestión es ambiental:
las empresas que avanzan hacia el cero residuos están cuidando de manera concreta el medioambiente y el ecosistema donde operan, convirtiéndose en “buenos vecinos” para las comunidades.
Pero también hay beneficios competitivos:
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Posibilidad de certificarse como empresa “cero residuos a relleno sanitario” a través de casas certificadoras privadas.
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Acceso a mercados internacionales donde las exigencias ambientales son cada vez más estrictas.
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Diferenciación frente a otros productores que aún no han incorporado la economía circular en su gestión.
El ejecutivo adelantó que, en el futuro, este tipo de certificaciones podría evolucionar hacia normas tipo ISO específicas para el cero residuos, lo que abriría aún más puertas comerciales y reputacionales.
Más allá del salmón: expansión a otras industrias y a Latinoamérica
Aunque la conversación se centró en la industria del salmón, Vamonde subrayó que Resiter ya está aplicando modelos similares en:
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La industria láctea
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El retail
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Otros sectores que buscan reducir su impacto ambiental y mejorar su desempeño en economía circular.
A nivel geográfico, Resiter ya opera en varios países de Latinoamérica:
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Chile (a lo largo de todo el territorio nacional)
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Colombia
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México
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Uruguay
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Perú
La empresa se define como “creadora de modelos de economía circular”, con la misión de apoyar a las industrias en valorización de residuos, reducción de eliminación y diseño de soluciones innovadoras junto a sus proveedores y cadenas de abastecimiento.