Un 22 de mayo de 1960, a las 15:11 horas, el sur de Chile fue estremecido por un fenómeno natural sin precedentes: el terremoto más fuerte registrado instrumentalmente en la historia, con una magnitud de 9,5 Mw. Puerto Montt, en ese entonces una ciudad portuaria en crecimiento, vivió una de las pruebas más duras de su historia. Hoy, a 65 años de aquel desastre, la ciudad sigue sin contar con un espacio urbano que preserve y proyecte su memoria sísmica.
El megaterremoto que cambió la historia
De acuerdo con el United States Geological Survey (USGS) y el National Centers for Environmental Information (NCEI), el sismo tuvo su epicentro en las cercanías de Valdivia en las coordenadas 38.14° S, 73.40° O, y se extendió a lo largo de una falla de cientos de kilómetros, desde el Biobío hasta Chiloé. Puerto Montt y la Región de Los Lagos se vieron duramente golpeadas: edificaciones destruidas, familias desplazadas, estructuras públicas colapsadas y un litoral alterado para siempre.
Los datos oficiales dan cuenta de la magnitud del impacto:
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Entre 2.000 y 5.700 personas fallecidas, según diversas fuentes.
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Más de 3.000 heridos
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2 millones de damnificados
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58.622 viviendas completamente destruidas
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Daños económicos superiores a los 500 millones de dólares de la época
En Puerto Montt, sectores como Angelmó, Pelluco, Chinquihue y la Base Naval fueron escenario de derrumbes, incendios, cortes de energía, escasez de alimentos y evacuaciones masivas. Testimonios recopilados por autoridades y cronistas de la época dan cuenta de noches enteras en vela, hospitales improvisados y una red de solidaridad ciudadana que sostuvo a la población en medio del caos.
Un llamado desde la memoria viva: “Es momento de actuar”
El periodista y especialista en gestión de emergencias, Luis Toledo Mora, ha sido una de las voces que ha insistido en la necesidad de conservar activamente la memoria del 22 de mayo de 1960, especialmente en el espacio público. En su reciente columna titulada "Puerto Montt y su prueba de resiliencia", plantea:
“Puerto Montt y su gente enfrentaron lo inimaginable, demostrando una resiliencia que aún define nuestra identidad (…) Creo que necesitamos un hito en nuestro paisaje urbano que recuerde lo ocurrido esa tarde del 22 de mayo de 1960.”
Toledo propone la creación de un hito conmemorativo —ya sea un monumento, mural, monolito o instalación urbana permanente— que registre no solo la magnitud del terremoto, sino también los datos humanos que lo acompañaron: las pérdidas, los esfuerzos, las vidas salvadas, los barrios reconstruidos y la historia que emergió desde los escombros.
¿Por qué es importante levantar un hito conmemorativo?
La falta de un espacio físico que recuerde el terremoto de 1960 representa una carencia simbólica y pedagógica. En un país como Chile, donde la actividad sísmica es parte de la vida cotidiana, la memoria del desastre no puede estar sólo en los libros o en los recuerdos familiares. Debe estar presente en el paisaje urbano, como un acto de reconocimiento, educación y cohesión social.
Un hito cumpliría múltiples funciones:
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Homenajear a las víctimas y a quienes participaron en la reconstrucción de la ciudad.
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Educar a nuevas generaciones sobre la importancia de la prevención y preparación frente a catástrofes naturales.
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Reforzar la identidad local, resaltando el temple y la unidad que definieron a Puerto Montt en su hora más oscura.
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Activar el turismo patrimonial, promoviendo un relato histórico propio de alto valor cultural.
El Parque Costanera: un espacio simbólico para el recuerdo
La propuesta de Toledo sugiere emplazar el hito en el Parque Costanera, frente al muelle, un sitio que también fue afectado por el sismo y que conserva alto valor histórico y visual. Desde allí, se puede observar el seno del Reloncaví, los volcanes y el horizonte que alguna vez fue alterado por la violencia de la naturaleza.
Este espacio, por su accesibilidad, circulación y potencial artístico, es ideal para un proyecto con enfoque ciudadano y turístico. El hito podría incorporar placas conmemorativas, elementos interactivos (como códigos QR para acceder a testimonios y fotos históricas), citas de sobrevivientes y material didáctico sobre el riesgo sísmico.
Una ciudad que se reconstruyó… y que debe recordar
Puerto Montt se reconstruyó, creció y hoy es capital regional y polo económico del sur de Chile. Pero su historia más profunda sigue sin un marcador visible. A 65 años del sismo, la ausencia de un memorial urbano representa una oportunidad urgente para saldar una deuda con la historia y la comunidad.
El llamado está hecho. Ahora corresponde a las autoridades locales, al municipio, al Concejo Municipal y a las organizaciones ciudadanas activar la voluntad política y cultural para transformar esta propuesta en una realidad tangible.