La tasa de desocupación regional alcanzó el 5,5%, reflejando un alza de 1,8 puntos porcentuales en los últimos doce meses, debido a un incremento de la fuerza de trabajo del 15,1%, en comparación con el aumento del 12,9% en el número de personas ocupadas. En consecuencia, las personas desocupadas aumentaron un significativo 73,3%. Al desglosar por género, la tasa de desocupación fue igual para hombres y mujeres, situándose en 5,5%.
En cuanto a los sectores económicos, el crecimiento del empleo se concentró en áreas como el comercio (25,2%), agricultura y pesca (15,5%) y transporte (20,9%). Los asalariados formales lideraron el incremento con un 17,4%, seguidos por los informales (15,9%), lo que elevó la tasa de ocupación informal a un 28,5%, mostrando una leve subida de 0,3 puntos porcentuales en el año.
A nivel etario, el segmento de 15 a 34 años creció un 14,9%, mientras que los trabajadores de 35 a 54 años aumentaron un 9,6%. La participación laboral también subió, alcanzando un 57,3%, un aumento de 7 puntos porcentuales en el año.
La presión laboral en la región se situó en 8,6%, un aumento de 0,7 puntos en doce meses. Por género, los hombres presentaron una presión laboral de 9,1%, mientras que en las mujeres fue de 7,9%. Este aumento en la presión laboral refleja una mayor demanda de empleo en un contexto de recuperación económica, aunque la ocupación no crece al mismo ritmo que la fuerza laboral.
La economía regional experimenta una recuperación gradual, aunque los desafíos en la creación de empleos formales y en la reducción de la ocupación informal persisten, afectando la estabilidad y el crecimiento sostenido del mercado laboral.