Una adolescente fue víctima de acoso escolar por más de dos años en el Colegio Germania del Verbo Divino de Puerto Varas, uno de los establecimientos más tradicionales de la región. Pese a las múltiples denuncias de su familia, informes médicos y certificados psiquiátricos que advertían un riesgo vital, el colegio no activó sus protocolos internos. Hoy, la menor está fuera del recinto y sus padres presentaron una demanda civil por daño psicológico. La Superintendencia de Educación ya sancionó al establecimiento con una multa por incumplimiento de la normativa.
“Para mí, despertarme cada mañana e ir al colegio es una tortura terrible, es como si al entrar a mi sala paso la puerta del infierno”. Así describe Catalina (nombre ficticio) los más de dos años de acoso escolar que vivió al interior del recinto educativo.
Insultos, golpes, aislamiento social y hostigamiento psicológico fueron parte del calvario que relata en una carta de 12 páginas entregada en abril de 2024 a la rectoría del establecimiento. El testimonio, redactado con ayuda de su terapeuta, fue clave para interponer una demanda por responsabilidad civil contra el colegio, al que se acusa de permitir y facilitar el bullying en su contra, consigna Biobio Chile.
“Soy invisible en el colegio. Nadie se preocupa por mí. Es una tortura diaria”, escribió Catalina en su carta.
Incumplimiento de protocolos y sanción
Tras la denuncia, la Superintendencia de Educación fiscalizó el colegio y detectó graves faltas: no se activaron los protocolos establecidos en su Reglamento Interno, ni se brindaron medidas de contención emocional a la menor.
El resultado: una multa de 60 UTM (aproximadamente $4 millones de pesos) por no aplicar correctamente los protocolos de acoso escolar e ideación suicida.
Violencia, exclusión y riesgo vital
Todo comenzó en 2022, cuando Catalina cursaba sexto básico. Una discusión menor con una compañera derivó en golpes durante una misa, persecuciones por los pasillos y exclusión constante. Pese a las denuncias de su madre, reuniones con el encargado de Convivencia Escolar y pruebas médicas, el colegio no tomó medidas efectivas.
Incluso tras cambiarla de curso, el acoso continuó. Catalina recibió un papel que decía:
“Vete del colegio, aquí nadie te quiere”. La adolescente desarrolló un trastorno por estrés postraumático y un episodio depresivo mayor severo, según informes psiquiátricos de 2023.
“¿Crees que si me tomara 10 pastillas por fin moriría?”, escribió en noviembre a una amiga. A partir de ese rumor, fue apodada como “la suicida” por sus compañeros.
El colegio guardó silencio
El 16 de abril de 2024, su psiquiatra certificó que Catalina no podía seguir asistiendo al colegio por riesgo a su vida debido a una "ideación suicida no planificada". Su familia la retiró al día siguiente y acusa al colegio de ignorar evidencias, informes médicos y de no activar protocolos clave para prevenir el acoso.
En una reunión final, el rector William Jemada les dijo:
“Si no están conformes con el colegio, llévense a su hija”.
Demanda sin monto, pero con exigencia de perdón
La familia presentó una demanda en el Juzgado de Letras de Puerto Varas. Su objetivo es que se reconozca el daño causado y que el colegio ofrezca disculpas públicas, lo que —según su abogada Josefina Letelier, directora de la Fundación Heloicas— hasta hoy no ha ocurrido.
“No buscamos dinero, buscamos justicia. Y que el colegio asuma el daño que causó”, enfatizó Letelier.
Respuesta del Colegio Germania
A través de un comunicado enviado a BioBioChile, el Colegio Germania informó que no puede referirse al caso por estar judicializado, pero aseguró tener actualizado su Reglamento Interno de Convivencia Escolar y los protocolos frente al maltrato y salud mental, conforme a la normativa vigente.