Con sorpresa e indignación reaccionaron familiares del exalcalde de Llanquihue, Walterio Vargas Gómez, tras su detención el pasado martes en su domicilio, para cumplir una condena de 300 días por un accidente de tránsito ocurrido hace dos años, que dejó lesionados leves.
Según denunció su hijo, Marco Vargas, el exjefe comunal de 80 años sufre múltiples patologías de base, incluyendo diabetes, hipertensión arterial, demencia senil y un diagnóstico inicial de Alzheimer. Además, fue amputado de un dedo del pie derecho a fines del año pasado y ha sido operado de un ojo.
“Lo condenaron a trabajos comunitarios, ocho horas diarias. Eso para mi papá era inhumano”, señaló Marco Vargas. Al no poder cumplir con estas labores —supervisadas por Gendarmería— debido a su estado de salud, fue detenido por Carabineros.
Desde la familia exigen que la condena se cumpla bajo arresto domiciliario total, ya que, según relatan, ni siquiera pudo ingresar con sus medicamentos al penal de Alto Bonito, situación que posteriormente fue solucionada.
El caso generó también la reacción del senador socialista Fidel Espinoza, quien calificó la medida como un exceso judicial:
“Don Walterio ya cumplió los 80 años, tiene problemas de salud mental y fue amputado de un dedo. Lo condenaron por un accidente sin presencia de alcohol y cuya pena original eran trabajos voluntarios que no pudo cumplir. Hay personas con delitos gravísimos y están con arresto domiciliario”, señaló.
Espinoza espera que el Juzgado de Garantía de Puerto Varas revise la situación y permita que Vargas cumpla la pena en su hogar, acompañado de su familia.
“Hay una clara excepción en materia de Derechos Humanos. Gendarmería también debe flexibilizar el ingreso de sus medicamentos”, concluyó el senador.
Walterio Vargas fue alcalde de Llanquihue en tres periodos distintos y también ejerció como concejal.