En entrevista con el programa Menú Patagonia de Patagonia Radio, el consejero regional Rodrigo Arismendi (Ind-UDI) defendió su propuesta de concesionar la construcción del futuro Centro Oncológico de la Región de Los Lagos, ante la falta de recursos estatales para levantar la obra por la vía tradicional. El core explicó cómo funcionaría el modelo, por qué —a su juicio— no implica privatizar la salud, detalló las razones que lo llevaron a plantearlo y abordó la polémica con el senador Fidel Espinoza, a quien acusa de haberle enviado mensajes con tono amenazante tras sus críticas públicas.
“Concesionar no es privatizar la salud”
Durante la conversación, Arismendi explicó que su propuesta nace de un diagnóstico claro: no hay recursos asegurados en el presupuesto para construir el Centro Oncológico, pese a que el proyecto ya cuenta con terreno y con recomendación técnica para el diseño.
“Quiero dejar súper claro algo: concesionar no es privatizar la salud”, recalcó el consejero.
Según detalló, el modelo que plantea es similar al que se está utilizando en hospitales concesionados en Chile, como el Hospital de Puerto Varas, Maipú, La Florida y el Félix Bulnes:
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Una empresa concesionaria diseña y construye el edificio.
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Financia la obra con sus propios recursos.
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El Estado paga después en cuotas, por ejemplo a 15 años.
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La administración y la atención médica quedan en manos del Servicio de Salud, con atención gratuita para los pacientes.
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El Ministerio de Obras Públicas fiscaliza a través de un inspector técnico, y la empresa debe garantizar la mantención del edificio durante el período de concesión.
“Es como cuando una familia saca un crédito para construir su casa: otro pone la plata al principio y uno la va devolviendo, pero la casa se usa y administra por quien la necesita”, graficó el core en la entrevista.
Un proyecto largamente esperado en la Región de Los Lagos
Arismendi recordó que la Región de Los Lagos lleva años luchando por un Centro Oncológico propio, mientras cientos de pacientes deben viajar a Valdivia, Concepción o Santiago para sus tratamientos.
El consejero repasó parte de la historia:
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Cuando se discutió la Ley del Cáncer, Valdivia quedó como centro de referencia y Puerto Montt solo como centro ambulatorio.
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Junto a agrupaciones de pacientes y organizaciones civiles, empujaron que Valdivia se transformara en centro de trasplante de médula, lo que permitió que hoy personas de la región se trasplanten allí.
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Posteriormente se gestionó el terreno para el Centro Oncológico en el sector de Ramón Munita, y se aprobaron recursos para el diseño del proyecto.
Sin embargo, al momento de revisar el presupuesto nacional, el financiamiento para la construcción no fue considerado, lo que —según Arismendi— obliga a buscar alternativas si se quiere evitar una nueva postergación histórica.
“Este es el proyecto más importante que va a tener la región. Las personas no van a aguantar esperar cuatro o cinco años más”, advirtió.
El core subrayó que hoy en la región miles de personas son diagnosticadas con cáncer cada año y que la enfermedad “no solo golpea al paciente, también destruye a las familias” que deben desplazarse y sostener los costos de tratamientos lejos de su hogar.
“La concesión es más rápida y más barata para el Estado”
Arismendi comparó el modelo de concesión con la forma tradicional de construir infraestructura pública en salud:
Modelo tradicional: más lento y con riesgo de sobrecostos
En el esquema clásico, explicó, el Estado debe tener primero todos los recursos para:
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Licitación del diseño:
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Meses de bases, concurso y adjudicación.
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Hasta 24 meses para entregar el diseño completo.
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Licitación de la obra:
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Nuevos meses de proceso administrativo.
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Aproximadamente 4 años de construcción, con pagos parciales por avance de obra.
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En total, la ejecución puede tomar al menos 7 años, sin considerar retrasos. Peor aún, según cifras que citó el consejero, la Contraloría ha detectado que proyectos grandes han terminado con retrasos de entre 4 y 12 años y con un costo para el Estado de 100% a 120% más de lo presupuestado.
“En la práctica podríamos terminar pagando como si hubiéramos construido dos hospitales”, advirtió.
Modelo de concesión: menos tiempo y menor costo por metro cuadrado
En cambio, señaló que los antecedentes disponibles muestran que los proyectos realizados por concesión:
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Se han entregado entre 3 y 12 meses antes de plazo.
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Presentan un costo por metro cuadrado alrededor de un 30% más bajo, porque la empresa privada no se puede permitir retrasos ni fallas.
“Si el Estado hoy no tiene la plata, la opción es que un privado financie la construcción, la entregue y el Estado la pague en el tiempo. Pero la atención sigue siendo pública y gratuita”, insistió.
Polémica con el senador Fidel Espinoza: críticas y mensajes privados
La propuesta de Arismendi generó una fuerte controversia política, especialmente con el senador Fidel Espinoza, quien públicamente acusó al consejero de querer “privatizar la salud” y cuestionó la ética de impulsar el modelo de concesiones para el Centro Oncológico.
Según relató Arismendi en la entrevista:
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El senador difundió sus críticas en medios de comunicación y redes sociales, afirmando que la idea de concesionar era contraria a la ética y la moral.
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En respuesta, el core declaró que le llamaba la atención la “desinformación” del parlamentario, dado que hospitales concesionados han sido aprobados en presupuestos que él mismo votó cuando era diputado.
El punto más delicado, sin embargo, vino después. Arismendi afirma que comenzó a recibir mensajes privados desde un número telefónico que, tras consultar a consejeros y a miembros de su familia, fue reconocido como el del senador Espinoza.
“Me empezaron a llegar mensajes privados de un teléfono que yo no tenía registrado. Pregunté y me dijeron ‘ese es Fidel Espinoza’”, contó.
En esos mensajes, relató, se le advertiría entre otras cosas que:
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El senador haría públicos “entuertos” de su familia.
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Se le exigía que su hermano bajara un mensaje en un plazo de 24 horas.
“Yo siento que eso no corresponde. Estoy presentando una propuesta, a mí me eligieron para buscar soluciones, no para que se meta a mi familia en esto”, cuestionó el consejero.
Mientras Espinoza sostiene que se trató de una crítica política, Arismendi insiste en que los mensajes sobrepasan ese límite y constituyen injurias y calumnias que él no está dispuesto a normalizar.
Llamado a la unidad: “Estoy para proponer y buscar solución”
Pese a la controversia, el consejero regional reiteró en varias ocasiones que el foco debe estar en sacar adelante el Centro Oncológico, más que en las disputas personales o partidarias.
“Este no es un proyecto para mí, es para las personas. Tenemos que sacarlo adelante sea desde el Gobierno Regional, desde el Ministerio o a través de concesiones. La forma que sea, pero rápido”, enfatizó.
Arismendi sostuvo que:
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Está dispuesto a debatir el modelo con cualquier autoridad, pero siempre con respeto y altura de miras.
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Si la opción de concesionar finalmente no prospera, ya está trabajando en “una tercera alternativa” que podría activar desde su rol profesional ligado a proyectos de salud.
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Su compromiso central, recalcó, es con las 5.000 personas que cada año reciben un diagnóstico de cáncer en la región y sus familias.
“Yo estoy para proponer y buscar solución. Y creo que en este minuto la mejor opción es a través de concesiones”, cerró el core en Patagonia Radio.
¿Qué viene ahora para el Centro Oncológico?
Tras la entrevista, el escenario queda marcado por tres ejes clave:
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Definición del Ministerio de Salud: si toma o no la propuesta de concesionar la construcción y mandata al MOP para avanzar en esa línea.
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Debate político-regional: senadores, diputados, cores y autoridades locales deberán decidir si respaldan o no el modelo propuesto.
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Expectativa ciudadana: organizaciones de pacientes y la comunidad regional seguirán presionando para que el Centro Oncológico no se transforme en otro proyecto postergado por años.