La designación del doctor Rafael Merino como fiscal médico del sumario administrativo que investiga la muerte de Emilia Pinto, niña de tres años fallecida el 13 de mayo en Calbuco, ha generado profunda inquietud en la comunidad local. El motivo: Merino es ex pareja de Bárbara del Pino, actual directora del Servicio de Salud del Reloncaví, institución directamente involucrada en los hechos que se investigan.
La menor fue atendida dos veces en el Hospital de Calbuco y enviada a su hogar sin diagnóstico claro. Horas más tarde, falleció mientras era trasladada en un bus hacia Puerto Montt, lo que ha desatado una fuerte crítica ciudadana al sistema de salud local.
La relación personal entre el fiscal designado y la directora del servicio ha sido cuestionada por autoridades comunales y organizaciones sociales, quienes advierten que esto pone en duda la independencia y transparencia del proceso.
Desde el Servicio de Salud del Reloncaví señalaron que la designación de Merino respondió a criterios técnicos, destacando su trayectoria en unidades pediátricas críticas y su capacidad para liderar una investigación compleja. Sin embargo, el debate sigue abierto.
El alcalde de Calbuco, Marco Silva, manifestó con fuerza su rechazo:
“Nosotros dijimos desde un principio que para asegurar la imparcialidad de esta investigación, el director del hospital debía dar un paso al costado. Pero no solo eso no ocurrió, sino que la directora del servicio decidió nombrar a su ex pareja como fiscal del sumario. Eso es inaceptable. Eso es burlarse de la comunidad calbucana”.
Para los vecinos de Calbuco, el caso de Emilia Pinto no solo representa una tragedia familiar, sino un llamado urgente a garantizar justicia, transparencia e independencia institucional en procesos que involucran la salud pública y la vida de los niños.