A casi 18 años del incendio en el centro Chin Chin, que dejó 10 menores fallecidos, comenzó la operación del nuevo Centro de Reinserción Social Juvenil en Puerto Montt, diseñado para ser el centro más moderno del país. Este recinto está destinado a albergar a jóvenes en conflicto con la justicia, priorizando su reinserción social mediante espacios adaptados a las demandas actuales, pero aún no cuenta con adolescentes debido a la fase inicial de instalación de personal y estrictos protocolos de seguridad establecidos por Gendarmería.
Funcionamiento gradual y estándares de seguridad
El centro está en proceso de ser poblado inicialmente por funcionarios de Gendarmería y del Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil, mientras que la fecha de ingreso de los adolescentes no ha sido definida y no será informada públicamente, en cumplimiento de protocolos de seguridad. Este enfoque garantiza que el recinto opere bajo los más altos estándares desde su implementación.
Con una inversión cercana a los $10 mil millones, el edificio incluye instalaciones modernas para la educación, talleres laborales, una unidad clínica, y una unidad de tratamiento para el consumo problemático de sustancias. Estas características lo posicionan como un modelo en el país, enfocado en ofrecer herramientas para la reinserción social de los jóvenes.
El cambio institucional y el contexto regional
El pasado 12 de enero, el antiguo SENAME dejó de operar, dando paso al Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil en la macrozona sur, que abarca desde la región del Maule hasta Magallanes. Este cambio busca mejorar los procesos de atención y reinserción para los jóvenes en conflicto con la justicia.
La región de Los Lagos representa sólo el 3% de los adolescentes en conflicto con la justicia a nivel nacional, una cifra que subraya la importancia de este nuevo centro como un recurso clave para atender de manera adecuada y eficiente las necesidades de este grupo.
Un símbolo de cambio y superación
El nuevo recinto no solo reemplaza al antiguo centro, sino que también representa un paso significativo hacia un modelo más humanitario y eficiente. Con altos estándares de seguridad y un enfoque integral en la reinserción social, este centro se convierte en un símbolo de superación y compromiso con los derechos y el bienestar de los jóvenes en conflicto con la justicia.