¿Sabías que el horario en que comes puede ser tan importante como lo que comes? En el programa “Soy lo que Como” de Patagonia Radio y la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás, sede Puerto Montt, el veterinario y magíster en neurociencias Mauricio Segura reveló cómo la crononutrición —la relación entre tus ritmos biológicos y la alimentación— impacta directamente en tu metabolismo, tu peso y hasta en la limpieza de tu cerebro, alertando sobre los peligros de comer tarde y dormir poco.
El reloj biológico que controla tu cuerpo
“Nuestro cerebro tiene un reloj interno ubicado en el hipotálamo que funciona como un director de orquesta, regulando ritmos celulares y orgánicos”, explicó Mauricio Segura a la nutricionista Caroline Yans, conductora del programa. Este reloj, denominado núcleo supraquiasmático, se sincroniza principalmente con la luz solar, pero también con factores como la disponibilidad de alimentos y, evolutivamente, la presencia de depredadores.
El especialista indicó que estos ciclos de aproximadamente 24 horas, llamados ritmos circadianos, son esenciales para que el organismo distribuya de forma adecuada su energía entre digestión, movimiento y procesos de reparación.
¿Por qué no deberías comer tarde?
“Cuando comemos de noche, el cuerpo interrumpe su proceso natural de limpieza celular para volver a digerir”, detalló Segura. Durante la noche, el metabolismo disminuye y el organismo destina recursos a regenerarse, pero si ingerimos alimentos muy tarde, obliga al sistema digestivo a seguir trabajando.
Esto tiene consecuencias directas:
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Mayor tendencia a acumular grasa, porque la insulina reduce su efectividad en la noche.
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Riesgo de resistencia a la insulina, lo que puede derivar en diabetes.
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Desbalance hormonal, impactando la sensación de hambre y saciedad.
Dormir bien también limpia tu cerebro
Segura explicó que el cerebro no tiene sistema linfático, por lo que solo durante el sueño profundo se activa un mecanismo que elimina desechos metabólicos neuronales. Al dormir poco o con luz artificial (como pantallas), el cerebro se mantiene en alerta, interrumpiendo estos procesos.
“El sueño que no se duerme, no se recupera. Esas horas son una deuda que ya dejó consecuencias en tu cerebro”, sentenció el experto.