Carabineros entregó detalles del procedimiento realizado tras el partido entre Barrancas de Puerto Montt y Severo Cofré de Calbuco en el Estadio Chinquihue, el pasado 31 de agosto. Según la policía, se encontró consumo de alcohol en un bus de hinchas y se detuvo a un hombre con orden vigente por lesiones. El senador Fidel Espinoza (PS), en tanto, denunció que los aficionados —incluidos niños y mujeres— fueron tratados como “delincuentes”.
El relato policial
En vocería oficial, el coronel Eduardo Rosales, prefecto de Carabineros de Llanquihue, explicó que el domingo 31 de agosto, durante el partido del campeonato regional de clubes adultos amateur en el Estadio Chinquihue, se desplegó un servicio preventivo dentro y fuera del recinto deportivo.
“Se fiscalizó un bus que trasladaba simpatizantes de Deportivo Severo Cofré desde Calbuco a Puerto Montt. Al consultar antecedentes a las personas, se estableció que uno de ellos mantenía una orden de detención pendiente por el delito de lesiones, por lo cual fue detenido y puesto a disposición del Juzgado de Garantía de Calbuco. Además, se constató la ingesta de alcohol, encontrándose envases vacíos de cerveza y otros con restos en su interior. Por ello se cursó una infracción al conductor del bus, ya que la ley prohíbe expresamente el consumo de alcohol al interior de vehículos y responsabiliza al conductor”, detalló Rosales.
La denuncia de Espinoza
Por su parte, el senador Fidel Espinoza denunció que el procedimiento fue “desmedido” y que se obligó a hinchas —incluidos niños y mujeres— a descender de buses y vehículos particulares, siendo registrados “como verdaderos delincuentes” sin haber provocado incidentes en el estadio.
“Es atentatorio contra la alegría que llevaban tras la clasificación del club a su tercera final consecutiva en el fútbol amateur de la región”, señaló el parlamentario, quien ofició a Carabineros para que se aclaren los motivos del operativo.
Seguridad y debate abierto
La versión de Carabineros apunta a la prevención y el cumplimiento de la ley de tránsito, mientras que la denuncia de Espinoza plantea un cuestionamiento sobre la forma en que se desarrollan estos controles y su impacto en la experiencia de los hinchas.
El caso abre un debate en Los Lagos sobre cómo equilibrar la seguridad en eventos deportivos masivos con el respeto a los derechos y dignidad de los asistentes.