Este 2024 quedará en la memoria de Karün como el año en que la sostenibilidad no solo fue el pilar de su negocio, sino también de su supervivencia. En septiembre, la reconocida startup chilena de anteojos sustentables se encontraba al borde del abismo financiero, con la sombra del cierre acechando tras más de una década de innovación y compromiso con el medio ambiente.
La situación era crítica: un complejo panorama financiero amenazaba con poner fin a la operación de Karün. Sin embargo, la empresa logró un salvataje crucial gracias a la intervención de los "family offices" WildSud, vinculado a la familia Lería Luksic, y Petra, relacionado con Gabriela Luksic, quienes ya eran inversionistas y acreedores de la firma. Este rescate, que incluyó un aumento de capital por US$5 millones, será la base sobre la que Karün podrá ejecutar un nuevo plan de negocios.
Thomas Kimber, fundador y hasta ahora CEO de la compañía, confirmó a través de una carta interna que dejará la gerencia general, cediendo el liderazgo a Ignacio Ureta, quien asumirá el desafío de consolidar la visión de impacto e innovación de Karün. “Este cambio nos permitirá proyectar nuestro propósito a largo plazo", señaló Kimber, agregando que, bajo este nuevo liderazgo, la empresa seguirá demostrando que es posible crear negocios que generen un impacto positivo desde Chile hacia el mundo.
Además del cambio en la gerencia, Karün también contará con un renovado directorio, al que se sumarán Diego Bacigalupo y Cristóbal Hurtado. Esta reestructuración busca no solo mantener a la empresa a flote, sino también consolidar su rol como una de las startups más emblemáticas de la innovación sustentable en Chile.
Pese a los sacrificios, Kimber se mostró optimista sobre el futuro de Karün, afirmando que “estamos entusiasmados por el futuro y convencidos de que, bajo este nuevo liderazgo y plan de negocios, Karün seguirá creciendo y siendo un agente de cambio positivo”.